viernes, 25 de julio de 2008

Recibiendo visita (Parte III)

Para que veáis que no todo fue tacos y tequila, un día hicimos una visita a un museo. Andábamos buscando algo cultural que hacer y vimos en una guía el Museo Cultural de las Artes Gráficas; como mi padre había trabajado de pequeño en una imprenta, pues allí que nos dirigimos. Además, la entrada es gratuita .

Entrando se pueden ver una serie de carteles, donde se explica la historia del tranvía en el DF. Según me parece recordar, el museo está situado en un edificio que antes pertenecía a los tranvías, de ahí que muestren esa información, interesante de todas maneras aunque no era por lo que fuimos allí.

Ya una vez terminas de pasar por todos esos carteles, entras en una sala donde se encuentra en sí la exposición acerca de las artes gráficas en México. Por supuesto, mi padre estaba emocionado contándonos cosas acerca de la maquinaria, métodos, etc, pero es una visita que recomiendo incluso para el que nada más tiene curiosidad o desea añadir algo más de cultura a su vida.

Para no hacerme pesado, y ya que una imagen vale más que mil palabras, podéis ver las fotos que tomamos dentro del museo. Bueno, no son todas, faltan las que tomé a cada cartel que había, para luego leerlos con más calma.

martes, 22 de julio de 2008

México entra en el siglo XXI

Parece ser que México está cambiando:

¿Se os hace raro? Bueno, del primer enlace no puedo hacer ya nada, porque hace dos meses que cambiamos Ara y yo de celulares; cambiamos de Amigo a Plan, dentro de la misma compañía, pero aún así perdimos los antiguos teléfonos.

En cuanto al segundo enlace, está relacionado con algo que estaba últimamente peleando yo en la empresa. Resulta que, como ya sabéis, tuvimos hace un año una fusión; como resultado de ésta, estos últimos meses nos están pasando poco a poco de una empresa a la otra —a mí me tocó hace como mes y medio—. Reconozco que ahora tenemos beneficios sociales que antes no teníamos, pero hay algo que no me gustó: dejaron de pagarnos en el banco en que estábamos cobrando hasta ahora, para empezar a pagarnos en otro.

De bancos españoles va la cosa, pero a mí no me hizo gracia; de hecho, me tocó las narices. Resulta que entonces fue cuando me enteré de que las empresas aquí deciden en qué banco te pagan: «no, cómo crees que te van a depositar en el que tú elijas, ellos te pagan y tienen derecho a pagarte donde quieran».

Primero traté de convencer a mis compañeros de que nuestro derecho como personas y como trabajadores es que nos paguen donde nosotros les digamos a ellos, pero nada, no coló: «pero si en todas partes es así... seguro que en Estados Unidos también es así». Ya hasta empecé a pensar que yo era el raro, hasta que hablé con dos franceses —uno de ellos español/francés— que están trabajando temporalmente aquí; entonces me dijeron que a ellos también se lo habían hecho y que exigieron que les devolvieran la nómina a su banco.

Así que, en vista de que mis compañeros iban a tragar, les escribí yo personalmente un correo a la mujer de RRHH y a la financiera. En principio de buenas, preguntando si era posible porque tengo ahí mi tarjeta de crédito, mis pagos domiciliados, etc. Por supuesto, me contestaron que no era posible.

Mientras tanto, el fin de semana estuve hablando con un vecino, que trabaja en un banco, y me dijo que desde el año pasado sí tiene derecho el empleado a elegir dónde cobrar. Así que llegué ayer y, cuando vi que me habían negado mi derecho, pensé en seguir con el plan B: exigir, no pedir, el cumplimiento de estos derechos. Pero decidí pensar bien qué iba a escribirles y ahora me he enterado de esa estupenda noticia, así que ya no tengo que mover ni un dedo.

Nunca me he considerado un revolucionario, ni nada por el estilo, pero me da la impresíon de que así es como me ven mis compañeros, simplemente porque les digo que no deben permitir ciertas cosas: por ejemplo, a un peruano que anda por aquí gritando e insultando a sus esclavos subordinados.

Lo bueno es que México está cambiando. Puede que haya tardado un poco, pero lo está haciendo y eso me gusta. Sólo espero que con estas iniciativas arrastre al resto de Latinoamérica, porque hasta donde yo sé están igual.

miércoles, 16 de julio de 2008

Recibiendo visita (Parte II)

Chapulín

Continuando la serie acerca de la visita de mis padres al DF, en esta ocasión vamos a hablar sobre un lugar muy emblemático de esta ciudad, tanto por ser punto de excursiones familiares, como por su historia. Se trata del Bosque de Chapultepec, un lugar muy parecido a la Casa de Campo —antiguamente, claro—, excepto en que el primero debe ser unas dos o tres veces el segundo. En esta ocasión nada más fuimos a ver la zona del Castillo de Chapultepec, hoy en día convertido en museo.

Niño Héroe

Es un lugar rico en historia y arqueología, pero lo que más destaca —o al menos lo que mejor sabe la gente— es la historia de los Niños Héroes. Éstos, según cuenta la historia, fueron unos cadetes de edades entre 13 y 20 años; cuando el intento de invasión de EEUU, en lugar de huir como les habían ordenado, prefirieron resistir en este lugar mientras pudieran. Uno a uno fueron cayendo, hasta que ya el último que quedaba prefirió aventarse del castillo envuelto en la bandera mexicana, antes de que ésta cayera en manos del enemigo. Aquí están muy orgullosos de ellos.

El castillo, como digo, es un lugar rico en historia y quien quiera puede entretenerse leyéndola en el enlace que he puesto antes, no voy a repetir lo que ya está en múltiples enlaces en Internet.

Antes de ver el castillo, uno tiene que llegar a él —evidentemente—, a ser posible sin dar vueltas innecesarias. Esto último es lo que nos ocurrió a nosotros, así que un resumen de nuestra excursión podría ser: llegamos al bosque, caminamos un buen rato entre los puestecillos varios —agua, dulces, recuerdos, etc—, comimos a la sombra de los árboles, subimos al castillo, lo vimos, bajamos, nos fuimos a casa. Agotador, vamos, sobretodo para alguien que está acostumbrado a llevar una vida más bien sedentaria.

En fin, en general me parece que todos lo pasamos muy bien, aparte del cansancio, y aprendimos cosas que no sabíamos. Por ejemplo, que para poder bajar del castillo en el trenecito que hay disponible, tienes que haber subido al castillo en él y, por lo tanto, haber comprado el boleto abajo. Y también que es más directo no ir por los puestecillos a la derecha, sino ir de frente. Esas cositas que facilitan a uno el no cansarse tanto, vamos.

Os dejo con algunas fotos del evento, para que veáis que sí nos lo pasamos bien.


Editado: Esta foto va de regalo. En un principio había pensado no ponerla, ya que puse un trozo en la primera parte; pero después he pensado que mejor sí, por dos razones: porque ahí estábamos haciendo fila para el tren, antes de enterarnos de que no podíamos bajar en él; la segunda, bueno, para que la veáis entera.

Trenecito... chuchuuu

jueves, 3 de julio de 2008

Eurocopa en México

Vía Spaniards.es me he enterado de algo que me hubiese gustado saber antes...

Así se celebró la Eurocopa en el DF: