miércoles, 16 de julio de 2008

Recibiendo visita (Parte II)

Chapulín

Continuando la serie acerca de la visita de mis padres al DF, en esta ocasión vamos a hablar sobre un lugar muy emblemático de esta ciudad, tanto por ser punto de excursiones familiares, como por su historia. Se trata del Bosque de Chapultepec, un lugar muy parecido a la Casa de Campo —antiguamente, claro—, excepto en que el primero debe ser unas dos o tres veces el segundo. En esta ocasión nada más fuimos a ver la zona del Castillo de Chapultepec, hoy en día convertido en museo.

Niño Héroe

Es un lugar rico en historia y arqueología, pero lo que más destaca —o al menos lo que mejor sabe la gente— es la historia de los Niños Héroes. Éstos, según cuenta la historia, fueron unos cadetes de edades entre 13 y 20 años; cuando el intento de invasión de EEUU, en lugar de huir como les habían ordenado, prefirieron resistir en este lugar mientras pudieran. Uno a uno fueron cayendo, hasta que ya el último que quedaba prefirió aventarse del castillo envuelto en la bandera mexicana, antes de que ésta cayera en manos del enemigo. Aquí están muy orgullosos de ellos.

El castillo, como digo, es un lugar rico en historia y quien quiera puede entretenerse leyéndola en el enlace que he puesto antes, no voy a repetir lo que ya está en múltiples enlaces en Internet.

Antes de ver el castillo, uno tiene que llegar a él —evidentemente—, a ser posible sin dar vueltas innecesarias. Esto último es lo que nos ocurrió a nosotros, así que un resumen de nuestra excursión podría ser: llegamos al bosque, caminamos un buen rato entre los puestecillos varios —agua, dulces, recuerdos, etc—, comimos a la sombra de los árboles, subimos al castillo, lo vimos, bajamos, nos fuimos a casa. Agotador, vamos, sobretodo para alguien que está acostumbrado a llevar una vida más bien sedentaria.

En fin, en general me parece que todos lo pasamos muy bien, aparte del cansancio, y aprendimos cosas que no sabíamos. Por ejemplo, que para poder bajar del castillo en el trenecito que hay disponible, tienes que haber subido al castillo en él y, por lo tanto, haber comprado el boleto abajo. Y también que es más directo no ir por los puestecillos a la derecha, sino ir de frente. Esas cositas que facilitan a uno el no cansarse tanto, vamos.

Os dejo con algunas fotos del evento, para que veáis que sí nos lo pasamos bien.


Editado: Esta foto va de regalo. En un principio había pensado no ponerla, ya que puse un trozo en la primera parte; pero después he pensado que mejor sí, por dos razones: porque ahí estábamos haciendo fila para el tren, antes de enterarnos de que no podíamos bajar en él; la segunda, bueno, para que la veáis entera.

Trenecito... chuchuuu

2 aztecas han puesto su comentario, hazlo tú:

Anónimo dijo...

Releyendo tu artículo, me ha entrado la duda de si tus padres se han vuelto viajeros y apenas tres meses despues de regresar a España, ya han vuelto a visitaros. La otra posibilidad es que los comentarios sean de su visita en Abril; pero eso implicaría que te has tirado tres meses para escribirlo. Fran, te estas volviendo vago.

Unknown dijo...

Pues sí, Dami, me estoy volviendo vago :-P. O más bien, si te lees los dos primeros párrafos de la primera parte, ahora hay alguien que no me deja hacer nada ;-).