martes, 2 de febrero de 2010
La Reina de BBVA Bancomer
Cuando comencé con este blog, lo hice con un propósito: hablar de mis andanzas en este país. Con el tiempo decidí hacer algo más que eso: hablar de asuntos que quizá puedan servirle a alguien.

Hoy junto ambos objetivos en una entrada. Voy a hablar de algo que nos ha
ocurrido a Ara y a mí esta mañana, referente al banco donde tengo mi
cuenta, con el ánimo de desahogarme por si acaso a
alguien le sirve la experiencia.
Introducción
Desde que empecé atrabajar aquí, me abrieron una cuenta en BBVA Bancomer (eso es, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria en México). Antes hacía el pago de la renta mediante una transferencia, ya que nuestro casero también tiene cuenta en ese banco, pero desde que estoy sin trabajo le hacemos depósitos mensuales. Hoy día 2, dado que ayer fue festivo aquí, hemos ido a hacer dicho depósito.
En todas las sucursales del banco hay tres filas: preferente, personas con cuenta en el banco y personas sin cuenta; no recuerdo cómo es en España, pero me parece recordar que no es igual. Como no íbamos a realizar ninguna operación sobre mi cuenta, nos formamos en la de clientes sin cuenta.
Los hechos
Cuando ya casi llegábamos, después de casi una hora de estar allí, nos dimos cuenta de por qué nuestra fila avanzaba más despacio que la de los clientes con cuenta: no es sólo que hubiese más cajeros disponibles para ellos, sino que encima les atendían también los cajeros correspondientes a nuestra fila.
Visto eso, Ara me dejó en la fila y se fue a hablar con algún responsable,
por aquello de que el que no llora no mama y esas cosas. La sorpresa
fue cuando la vi regresar, bien encendida, contándoles a todos lo
que estaban en nuestra fila el resultado de su visita al escritorio de
la reina directora, ya que su respuesta también les
incumbía.
Cuando Ara le preguntó a Su Ilustrísima la directora acerca
del trato que estaba recibiendo nuestra fila, ella le contestó
literalmente: «Esa es la política de Bancomer, como no tienen cuenta
aquí, se esperan a que les atiendan, ya que los cuentahabientes tienen preferencia. Si
quiere que la atiendan bien, ábrase una cuenta aquí.».
No se quedó contenta con su altanería, sino que todavía le dijo algo más
acerca de su estatus social respecto al nuestro. En concreto fue
porque Ara le comentó que esperaba que no le pasara nunca, pero que
cuando en un hospital, la delegación o en
cualquier otro lugar le atendieran de manera prepotente, como ella lo
estaba haciendo, se acordase del trato que le estaba dando a ella y a
los demás. Su Alteza Real La directora entonces le
dijo que "eso nunca sucedería, porque su seguro estaba en Lomas del
Pedregal"; o sea, que tiene seguro privado, seguramente pagado por el
banco (o sea, en parte por mí), y por lo tanto ella va a recibir
siempre un buen trato.
Conclusión
Por supuesto, vamos a poner una queja por el comportamiento de esta mujer. No voy a decir su nombre, no me gustaría quemarla haciéndolo. Al margen de dicha queja, se me pasan por la cabeza los siguientes pensamientos:
- El que estuviéramos en esa fila no quiere decir que no seamos clientes. ¿Tan cortita es la señora que no se le pasa por la cabeza?
- Aunque así fuera, pudiera ser que estuviéramos pensando en abrir una cuenta. Y aunque no fuera así, la gente de esa fila iba a depositar dinero a cuentas de otras personas que sí son clientes.
- Directa o indirectamente, esa sucursal gana dinero porque la gente haga depósitos allí, tengan o no cuenta en Bancomer.
- Sin conocernos de nada, presupone que somos de lo más bajo de la sociedad, al menos comparados con ella. ¿Qué pasaría si resultáramos ser de los mejores clientes, que ganásemos más que ella incluso? Imagino que en esa situación no le hiría muy bien a la buena señora (¿dónde está el melate cuando se necesita?).
- Puede que lo anterior en este momento no sea así, pero cuando trabajaba considero que no era precisamente un mal cliente (dinero cada quincena, uso de la tarjeta de crédito y pago puntual de ella, domiciliaciones, etc). Estuve 3 años haciéndole ganar dinero al banco (y, aunque sólo sea por la tarjeta de crédito, mucho o poco, sigo haciéndole ganar). Vamos, que creo que merezco un mínimo respeto.
- Cuentahabientes o no, todos los que estábamos dentro del banco éramos en ese momento clientes y, ante todo, personas, por lo que todos merecíamos un trato correcto y humano.
- ¿A alguien se le ocurre algo más?
Cuando hayamos metido la queja haré otra entrada contando cómo nos ha ido. Según me han dicho en la CONDUSEF, es bueno que hagamos la queja porque sí las toman en cuenta.
Etiquetas: Quejas
2 aztecas han puesto su comentario, hazlo tú:
Hola Fran, un saludo desde Madrid :)
Aqui lo que pasa a veces es que hay ciertas gestiones que solo te las hacen si tu cuenta pertenece a la sucursal en la que estas, y si no te dicen que te vayas a la tuya.
Asi que no te creas que en la metropoli andamos mucho mejor que en las colonias.
Aquí también. Por ejemplo, hace poco tuve que ir a mi sucursal (a 10Km de casa) a por una reposición de tarjeta, porque nada más lo hacen en la propia sucursal.
Si quiero cambiarme de sucursal, para que ya no esté tan lejos, de todas formas tengo que ir a hacer el trámite allí. Se supone que si quiero cambiar de sucursal es por algo.
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